martes, 16 de septiembre de 2008
Semana de la memoria - Mi primera vez...
Cruzábamos una calle con tres de mis amigos... Teníamos nueve años. Plena siesta en la ciudad de Allen... Sólo venía un auto por la calle Orell. No sé qué pasó, que entre risas me demoré en cruzar... El auto tocó bocina aunque pasaba bien; no hubo frenada ni peligro. Pero el auto frenó. Y de él bajó un policía re-caliente. No me acuerdo qué me dijo, lo único que recuerdo es un tremendo coscorrón en el mate. Me puteó un poco más y se fue. Yo miré a mis amigos y alcancé a ver tres culos doblando la esquina echando putas. El coscorrón no me había dolido, pero extrañamente se me estaba nublando la vista de lágrimas. Me mordí los labios y miré para otro lado: el kiosko Sánchez estaba abierto, la señora me conocía... Entré y conté lo que había pasado... Había un inspector de tránsito, su apellido era Luis, pensé que él podía hacer algo. Se rieron los dos: la señora y el inspector. No me acuerdo lo que dijeron; pero jamás voy a olvidar sus risas. Ya no pude contenerme y explotó mi llanto. Cuando volví a mi casa me las arreglé para que mis viejos no se dieran cuenta de nada.
Parece ingenuo, pero ese fue mi primer contacto con la Dictadura Militar.
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¡Cuántas historias de terror con este tema!
Chelo, el programa que te mencioné es el ArtRage 2.5
Bastante livianito y muy muy fácil de manejar. Tiene una versión gratuita y otra Pro de pago.
Ciao!
Versión 2.5 Full con activador incluído
Septiembre Comiquero
Las risas en aquel almacén me asustan tanto como el taxista de hoy que cree recordar que con los milicos "estábamos tranquilos". Contra las botas y el coscorrón pareciera más fácil luchar, pero contra los climas enrarecidos, las señales vagas, los pactos sellados en silencio y las huellas que quedaron de esa época, es más difícil, pero creo en el arte como arma. Lilith de Puerto Madryn
es cierto lilith, antes era un coscorrón, ahora, es violecia psicológica. los paralelos son muchisimos. el arte es un arma, hasta cuando funciona como catarsis...
beso
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