mural Capilla Santa Catalina 2 - Allen

El 19 de septiembre terminé el mural "Capilla Santa Catalina" en la ciudad de Allen. Mide 10 x 3 metros y se encuentra en la esquina de Juan B. Justo y Don Bosco, en la pared de un supermercado que se construyó, justamente, sobre los escombros de esta hermosa capilla, derribada en 1987.
A través de este mural, se intenta hacer un rescate visual de este edificio de gran valor histórico y social para toda la comunidad allense, contribuyendo a la formación de memoria histórica con auténtica utilidad social.
La idea surgió del grupo Proyecto Allen y se llevó a cabo de una forma muy originai; al menos en lo que respecta a gestionar fondos para pintar un mural: Se colocaron urnas en distintos puntos de la ciudad solicitando la colaboración de la comunidad para los gastos de material y mano de obra. Abajo vemos un volante de la campaña denominada "Volver a ver"...

Los chicos de Proyecto Allen me acompañaron todo el tiempo con mates, facturas, cerveza, incluso algún buen vinito tinto, al terminar la jornada, siempre de noche y con mucho frío. Era común ver a vecinos reunirse delante de la pintura y recordar sus tiempos en la escuela Santa Catalina, porfiar detalles ("acá va el mástil", "acá las campanas", "el techo era rojo", "el paredoncito tenía rejas") o recordar su bautismo, su casamiento... Incluso hemos visto a varias señoras pasar y persignarse emocionadas delante de la imagen.
Muchos recordaban con amargura el momento en que la derribaron. "No tendrían que haberla tirado", "cómo vamos a perder algo tan lindo"...
Abajo vemos algunos momentos del proceso de la pintura, quizás alguna vez arme un video con todas las imágenes y lo suba a este blog...
¿Les cuento una última anécdota? Un día pasó una señora y dijo:"qué bueno que está ... ¡hasta el perro hicieron! yo me acuerdo que venía de chiquita a jugar en el patio, y siempre estaba este perrito durmiendo en la puerta"... No le dijimos nada para no quebrar su recuerdo, pero la imagen a la que hacía referencia estaba inspirada en un perro callejero "contemporáneo", al que le pusimos Malacara, que siempre venía a dormitar entre los tachos de pintura... En la segunda foto de abajo lo vemos, en vivo, y en la pintura.
Obviamente nada tiene que ver con aquel perrito que decía la señora.
¡El Malacara no es tan viejo, che!


Muchas gracias Leo, buen ayudante aunque algo tirano por exceso de responsabilidad, María, chofer y sepiadora, Graciela, chofer y lanzadora oficial de escaleras en curvas cerradas, Javier, cocinero y fotógrafo, Nacho, comentarista de bandas, Ceci, mate y facturas pero nada de fotos, amigos, familiares y vecinos que pasaron a saludar, gracias a (casi) todos.
Ojalá pueda volver pronto con mis pinceles a Allen. Una ciudad que quiero mucho; y no sólo porque allí nací.

Buenas Noches