El intendente de la ciudad de Neuquén, en un exceso de ignorancia artística y cultural -pero también de facha soberbia- decidió enterrar con escombros un anfiteatro público - patrimonio histórico y cultural de todos los neuquinos - en el centro de la ciudad. Vecinos y artistas autoconvocados - indignados por tal acción - lo desenterraron con picos y palas durante 21 días, acampando en el lugar, en medio de festivales artísticos, exposiciones y arte público. De entre los escombros, salvaron a un gato negro, que las máquinas habían ignorado y habían sepultado vivo. De este animalito, los "desenterradores del arte y la cultura" - en su mayoría jóvenes - tomaron el nuevo nombre para el anfiteatro rescatado: "Gato Negro".
Esta ilustración, realizada íntegramente en Photoshop con la tableta Wacom, ha sido inspirada por esta situación. Más info aquí, acá y más allá.