Pedro Farías tenía 12 años y en el verano de 1919 laburaba para la tropa de Onofre Parada. Un pibe pobre, inocente, de zona rural, que jamás había tenido un juguete entre sus manos. ¡Y mucho menos un instrumento musical!. Se dice que en un descanso de la tropilla, en Barda Colorada (un paraje cercano a Aguada Gusmán), el Marucho no aguantó, y pese a las prohibiciones del capataz, tocó a escondiditas, la preciada guitarra de Parada. Éste lo descubrió, y lo mató a cuchilladas.
Todos los peones de la tropilla se abalanzaron contra el capataz, que tuvo que huir a campo abierto.
Desde entonces su tumba es venerada por lugareños y viajantes; en donde se depositan ofrendas, se realizan plegarias y pedidos de buen viaje.
Pedro Farías integra la triste y (cada vez más) abultada lista de jóvenes asesinados en la provincia de Río Negro.
Esta ilustración realizada iíntegramente en Photoshop con tableta Wacon, también forma parte del Calendario 2012 de FunBaPa: "Patagonia... tierra de santos, mitos y leyendas" que publiqué más abajo en este blog.
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